Vi mi cara en el agua... Noté que las lágrimas surgian de mis ojos y corrian lentamente por mis mejillas. A duras penas pude ver tu rostro angelical a pocos centimetros de mi cuello. giré lentamente mi cabeza y choqué con tus cálidos y rojos labios. Apreté fuertemente contra ti sin dejar escapar ningún segundo.
Me separé, abrí los ojos y ví tu sonrisa, aquella sonrisa que me derritia por momentos, tus ojos brillaban a la luz de la luna. Noté como mis mariposas jugueteaban en mi estómago, como mias manos empezaban a temblar y como mi corazón latia con rapideza en mi pecho.
- Te quiero. - dijiste finalmente.
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